Bueno pues con esa aceptación mis noches han sido muy llevaderas.
Ahora bien, dormir diferente es tan solo uno de los muchísimos cambios en mi vida, es verdad que ahora voy al baño en cámara rápida, que mi tiempo de comida también es veloz, mi capacidad de tragar se ha incrementado notablemente, que me baño más rápido, como si se estuviera acabando el agua caliente, pero también es cierto que hay días que me tomo mi tiempo y eso me recarga las pilas. Lo que de plano sí me choca es que a la gente a mi alrededor no le caiga el veinte de que mis ritmos han cambiado, esperan que me siente a la mesa con tooooda la calma del mundo y que haga sobremesa cuando en mi mente está que debo aprovechar que la nena duerme para lavar los trastes o meter la ropa a la lavadora o guardar la ropa limpia o meterme a bañar o hacer algún pendiente de mi trabajo, me irrita que me digan "pues tú descansa" y yo me pregunto "¡¡¿cuándo?!!" ¿O es que alguien se ha ofrecido a cuidar a mi baby al 100% mientras yo "descanso"? Pues no. Y durante 98 días he batallado con ese sentimiento de soledad, de frustración y de impotencia por sentirme incomprendida.
Para no hacer el cuento más largo hoy día 99 he decidido "aceptar el cambio", aceptar sin queja, mi nueva vida, aceptar que cada día será diferente y mejor que el anterior, aceptar que mi prioridad es cuidar de Regina y que todo lo demás es secundario, y que lo haré cuando pueda, lo mejor que pueda.
Abrazo el cambio y la felicidad que me da cada momento con mi hija. Acepto mi nueva vida sabiendo que hay un tiempo para todo y que quizá lo que añoro hacer hoy lo haré de nuevo cuando sea el tiempo correcto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario