Es increíble cómo a partir de ser mamá se tiene un nivel de empatía, consideración y compasión totalmente diferente y muy alto.
A partir de ser mamá, entra una a un mundo de colores distintos con otra perspectiva y otras prioridades.
Estoy en la escuela donde trabajo y oigo llorar a un chiquito de maternal y quiero correr a consolarlo, quizá me imagino que fuera Regina y que necesita a su mami.
También me pregunto donde está la empatía de la gente que cuida a los pequeños, en las guarderías y escuelas, claro que hay quienes trabajan con amor y los cuidan muy bien, pero hay quienes parece que los odian, o que simplemente no les demuestran ningún cariño. Si de grandes pedimos apapachos, qué es de bebés y niños que es nuestra necesidad. Veo a los niños de la calle y sinceramente quisiera hacer algo por ellos, no deberían sufrir esa situación en la que viven, no tienen ni cubiertas las necesidades básicas y ya ni hablemos de cariño.
Con esa mirada de mamá se ve lo importante y lo urgente para el bebé, creo que se activa el sentido arácnido y piensa uno en "todo" en serio en todo. Si estoy bañando a Regina no solo estoy pensando en ese momento que le cae agua y el cuidado para que no le escurra el jabón en los ojos sino si el cuarto está a la temperatura adecuada para cuando salga, que me tengo que apurar ancestral porque el baño le abre el apetito y que si se duerme después de comer y tiene que estar lista la cama para que la acueste y así mil cosas mas, es una locura la cantidad de pensamientos, ideas, pendieres, ¿o seré solo yo?
En fin, el mundo cambia, cambia mucho.
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